Inicio Actualidad 52 años sin él,

52 años sin él,

JFK, John Fitzeral Kennedy

Hoy se cumplen 52 años del asesinato de John F. Kennedy, el 35º presidente de Los Estados Unidos. Fue presidente desde 1961 al 1963, y ha sido el presidente de la Casa Blanca más fascinante y contradictorio a la vez que el más recordado.

Su mandato fue corto pero para nada aburrido porque durante su presidencia se invadió Bahía Cochinos, Cuba, tuvo que lidiar la famosa crisis de los misiles de Cuba, también se construyó el muro de Berlín, se inició  la carrera espacial y se consolidaron los movimientos por los derechos civiles en Estados Unidos donde el racismo sobre la población afroamericana llevó a una guerra social en casi todos los estados de la confederación.  Además realizó las primeras acciones directas de los EEUU que desembocarían en la Guerra de Vietnam.

Fue el segundo presidente más joven -43 años cuando fue elegido- de la historia de los Estados Unidos, después de Roosevelt, y siempre tuvo un aspecto universitario, honesto y tímido que cautivó a todos los Demócratas primero, y a todo el país, más adelante.

Su vida antes de ser presidente

En 1932 su padre, Joseph P.Kennedy, descendiente de inmigrantes, devoto católico y muy ambicioso,  consiguió ser presidente de la comisión federal de la marina mercante, siendo Roosevelt presidente, y en 1937 fue nombrado embajador de Gran Bretaña. Este  hecho permitió a JFK y al resto de sus ocho hermanos, viajar por toda Europa  así como descubrir la URSS, Turquía, Polonia, y  América del Sur. Fue en los viajes por la América Latina donde empezó a interesarse por la política. Siempre le preocuparon los problemas sociales y la pobreza. En esos años su padre amasó una inmensa fortuna y se relacionó con  los principales dictadores de Europa entre los que destaca Francisco.

Su vida en el ejército

La Segunda Guerra mundial truncó la  alegre vida de los Kennedy, las relaciones del padre de JFK con dictadores como Franco y su poca colaboración con el Reino Unido fueron las causas de que le obligaran a abandonar el cargo de embajador de Gran Bretaña y la familia regresó a los  EEUU.

 A pesar de los problemas de salud que tenía desde niño por una lesión en la espalda, John F. Kennedy consiguió burlar los controles médicos y con 25 años fue nombrado comandante de una lancha torpedera que operó en el Pacífico contra Japón. En agosto de 1943 un destructor japonés abordó la torpedera y la partió en dos muriendo varios soldados. John F. Kennedy consiguió dirigir a la tripulación superviviente nadando a una isla donde fueron rescatados.

Este hecho hizo que el joven Kennedy fuera considerado un héroe de guerra y después de una larga convalecencia debido a que su lesión dorsal había empeorado y tras la muerte de su hermano Joe, en un accidente aéreo en agosto de 1944 mientras intentaba bombardear unas bases alemanas, el padre de John le pidió que siguiera con la carrera política de su hermano y luchara para conseguir la presidencia de los Estados Unidos.

Como presidente

Lo demás ya todos lo conocemos, tuvo una carrera política rápida y consiguió su espacio en el partido demócrata precisamente por sus duras críticas a la política de Roosevelt y una clara hostilidad a la política internacional de los EEUU y  su rechazo a la postura anticomunista.

Una de las primeras medidas que tomó en 1961 fue liberar a Martin Luther King, activista de los derechos civiles de los afroamericanos, quien cumplía condena a trabajos forzados en Georgia. No obstante todos sus proyectos sobre derechos civiles que presentó en el Congreso fueron rechazados. La población negra llegó a compararlo con Abraham Lincoln.

Otra de las medidas que marcaron el futuro del país fue el establecer una ayuda federal al sistema educativo lo que dio un impulso a la cultura y apoyó la carrera espacial lo que permitió recuperar el pulso de la carrera aeroespacial frente a la Unión Soviética y conseguir así un marcado incremento de las inversiones privadas y del consumo en general.

En 1963, Kennedy preparaba las próximas elecciones e inició una gira por las principales ciudades del país, el 22 de noviembre de 1963 recorría las calles de Dallas, Texas,  en un coche descubierto junto a su mujer Jacqueline Bouvier – de origen francés reportera de un diario de Washington- cuando unos disparos acabaron con su vida y creaban una consternación en el mundo entero.

El informe de la Comisión Warren

Este informe es  el informe oficial sobre el asesinato del presidente John F. Kennedy, lo forman 889 páginas y el nombre proviene de Earl Warren, el presidente del Tribunal Supremo en ese momento. La conclusión de este informe declara que los tres disparos fueron realizados por Lee Harvey Oswald, quien asesinó a un policía 45 minutos después del ataque al presidente. El informe niega que hubiera conspiración por parte de Oswald ni por parte de Jack Ruby quien asesinó a Oswalds delante de la policía mientras el acusado era trasladado a la cárcel.

 

El 22 de noviembre murió el presidente y nació la leyenda, el mito, el presidente más conocido de todo el siglo XX y uno de los más influyentes junto a Martín Luther King y Malcom X en los derechos civiles de los Estados Unidos. La controversia ha rodeado su muerte y su recuerdo, existen teorías de todo tipo pero hoy queremos recordar sus frases más inspiradoras y nos quedamos con el recuerdo de un héroe social, que posiblemente cometió muchos errores como ser humano. ¿Cómo sería el mundo hoy si él no hubiera sido asesinado? Solo nos queda Imaginarlo.

John Fitzerald Kennedy sus palabras

El cambio es ley de vida. Cualquiera que sólo mire al pasado o al presente, se perderá el futuro

Un hombre inteligente es aquel que sabe ser tan inteligente como para contratar gente más inteligente que él.

Los niños son el recurso más importante del mundo y la mejor esperanza para el futuro.

Perdona a tus enemigos, pero jamás olvides su nombre.

Los que hacen imposible una revolución pacífica harán inevitable una revolución violenta.

El hombre tiene que establecer un final para la guerra. Sino, ésta establecerá un fin para la humanidad.

Jamás negociemos con miedo, pero jamás temamos negociar.

Amar la lectura es trocar horas de hastío por horas de inefable y deliciosa compañía.

Sin Comentarios

Escribe un comentario

Tu correo electrónico no se publicará