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Bruxismo, apretar los dientes en exceso

No es una patología pero puede crearlas

El bruxismo cada vez es más frecuente en la población y el número de consultas por este motivo va en aumento en las últimas décadas. Los últimos estudios avalan que hay diferentes factores como causas desencadenantes, pero tienen un eje común: la hiperexcitabilidad en el sistema nervioso, con la presencia de una dificultad para adquirir y mantener un estado de relajación.

Una reacción involuntaria y de compensación del cuerpo para soltar tensiones acumuladas debidas a un exceso de excitabilidad del sistema nervioso

¿Qué es el bruxismo?

Podemos hablar del bruxismo como una acción involuntaria que consiste en apretar los dientes, una manera que tiene el cuerpo de manifestar un malestar. Debemos entenderlo como una forma de liberar una tensión interna y no como una patología. La tensión liberada mediante este mecanismo de una forma continuada puede acabar generando problemas muy diversos y a veces complejos, que de persistir en el tiempo producirán diferentes síntomas que favorecen la presencia de diversas patologías. Es una reacción involuntaria y de compensación del cuerpo para soltar tensiones acumuladas debidas a un exceso de excitabilidad del sistema nervioso, muy vinculado a factores psicosociales. No siempre surge por el mismo motivo y cada caso necesita una evaluación particular y personalizada.

Entrevistamos a Josep M. Charles, fisioterapeuta y acupuntor, màster en Valoración Energètica y Acupuntura del campus docent de Sant Joan de Déu de la Universitat de Barcelona por la Escuela Universitaria Gimbernat de Barcelona, especializado en disfunciones del cráneo mandibulares y orofaciales y acupuntor, para conocer mucho más sobre la acción de apretar los dientes de forma involuntaria y sus consecuencias.

¿Qué tipos de bruxismo existen?

Podemos decir que existen dos tipos de bruxismo bien diferenciados:

El estático o concéntrico: aquel en que se aprietan los dientes pero no aparece movimiento de la mandíbula, lo que llamamos de tipo concéntrico.

El excéntrico o de fricción: el que cuando se aprietan presenta un movimiento de fricción entre los dientes y que llamamos excéntrico.

La tensión interna genera acciones involuntarias como tensar los hombros, o no poder mantener las piernas quietas

Mi experiencia me lleva a hablar de bruxismo intercorporal para tener una visión más amplia de esta acción involuntaria, así que añadiría la respuesta de tensar los hombros, apretar los puños, no poder mantener las piernas quietas, o incluso presentar tensión en la musculatura involuntaria del aparato digestivo, para destacar algunas de las muchas otras maneras de manifestar esta tensión interna.

¿Qué efectos produce el bruxismo?

Si nos centramos en la acción principal del bruxismo, ya sea concéntrico o excéntrico, solo produce un desgaste en el esmalte de los dientes, y por tanto va limando la superficie de las piezas dentales hasta el punto de poder afectar la dentina y la pulpa, así pues, la salud bucal.

Pero está claro que esta afectación es solo la punta de un iceberg y que las repercusiones son de una amplísima magnitud, poniendo en riesgo muchas funciones corporales. Para hacer una síntesis de sus efectos destacaría la implicación que tiene esta acción en la esfera craneal, mandibular, oral y cervical ya que serán estas las zonas que más sujetas estarán a sufrir alguna alteración física. Así, las personas que padecen bruxismo manifiestan a menudo dolor de cabeza, dolor de cervicales, afectación de la articulación temporomandibular, clic articular, acufenos (ruidos en el oído), problemas bucales, afectación en la visión, vértigo, dolor en la musculatura de la cara y el cuello (dolor miofascial con la presencia de puntos gatillo), alteración en la dinámica y control motor de la mandíbula que afecta a su buen funcionamiento para mantener una correcta oclusión.

La dificultad para tener un buen descanso nocturno sería también uno de los motivos que repercutiría en el hecho de poder disfrutar de energía renovada para afrontar el día.

¿A qué edad comienza y por qué?

El bruxismo se puede sufrir en muchos momentos de la vida y afecta tanto a personas jóvenes como a adultas.

En la infancia, entre los 6 y 10 años, se considera como un factor en el desarrollo cognitivo, neuromotor y del crecimiento mandibular del niño, y se supone relacionado con el estrés de todas las actividades y la carga de trabajo del niño en la escuela o fuera de ella.

El bruxismo infantil puede ser causado por tensión y nerviosismo físico y emocional

Un factor importante del bruxismo es el cambio en la dentición de los niños. Esto es así para facilitar el estímulo de forma natural del crecimiento dental, del hueso y de la musculatura de la cara. Así pues, presentar una mala alineación dental que impide cerrar correctamente la mandíbula sería otro motivo. Los parásitos intestinales, los típicos gusanos, sería otra causa del bruxismo que genera una incomodidad y un malestar provocando tensión y nerviosismo. Al bruxismo infantil no se le debe dar la misma importancia que al de una persona adulta a no ser que perdure mucho en el tiempo e interfiera en el buen desarrollo del niño.

¿Cómo actuar cuando un niño tiene bruxismo?

Cuando un niño padece bruxismo lo mejor es llevarlo a un odontopediatra que tenga una visión global y que trabaje con otros profesionales como un fisioterapeuta craneomandibular,especializado en problemas cráneo-mandibulares, un logopeda o un psicólogo infantil para tener una visión amplia de la situación y más recursos.  Para el buen funcionamiento neuromotor de cráneo, mandíbula y cervicales será necesario que el odontopediatra y el fisioterapeuta craneomandibular trabajen juntos ayudando a mejorar la oclusión y la buena dinámica mandibular. Si hay presencia de alteraciones en la deglución, respiración oral o malposición de la lengua, un logopeda ayudará a entender más la situación y aportará recursos de mejora en este aspecto. Teniendo en cuenta las causas psicoemocionales que pueden influir en su aparición, el análisis psicológico será importante en algunos casos. La relajación y tranquilidad del niño dependen de su entorno y de cómo vive sus experiencias.

El bruxismo en adultos es más complicado pero siempre va ligado a la dificultad para relajarse

En el caso de los adultos es más complicado y el abordaje, a pesar de ser bastante similar, cambia, pues los patrones están más arraigados que en los niños. Las dinámicas de trabajo también se centran en facilitar una buena oclusión de la mandíbula, aliviar tensión y valorar el estado de estrés que origina la hiperexcitabilidad del sistema nervioso y su dificultad para relajarse. Facilitar el descanso reparador es primordial para romper el círculo y evitar que la musculatura se active, sobre todo por las noches. El tratamiento con acupuntura está dando buenos resultados en este tipo de problemas. Desde la odontología se hace un abordaje mediante las férulas de descarga y así evitar que se dañen los dientes.

¿Existen diferencias entre el bruxismo nocturno y el diurno?

Efectivamente, hay diferencias entre el bruxismo nocturno y el diurno. En el bruxismo nocturno se presenta una incapacidad para poder relajar la musculatura mandibular que está hiperestimulada y por desbordamiento no es capaz de relajarse. Estudios recientes sitúan el bruxismo al inicio de la fase REM del sueño donde, por algún motivo, se estimulan las neuronas motoras generando contracción muscular involuntaria. Hacer un análisis de los sueños también podría ser una buena manera de abordar esta situación. Otros estudios lo relacionan con el ronquido, las pausas respiratorias, las apneas u otras alteraciones del sueño.

Por el contrario, en el bruxismo diurno entraría en juego la tensión manifiesta para afrontar las situaciones del día a día. Muchas personas presentan esta tensión para poder fortalecerse ante las tareas que deben realizar, lo que les da seguridad y firmeza. En ambos casos añadiría las situaciones que generan rabia o frustración que no está bien gestionada y canalizada emocionalmente. Hay personas nerviosas por fuera y relajadas por dentro y otras que parecen relajadas por fuera y están nerviosas por dentro. Dos patrones que definen muy claramente que el bruxismo lo podemos encontrar de muchas maneras donde siempre hay exceso de tensión.

¿Qué recomienda para evitar el bruxismo?

Unos estilos de vida correctos son importantes para disminuir el estado de excitación y mejorar el bruxismo, así pues, conviene evitar estimulantes como el café, chocolate, alcohol, tabaco u otras sustancias excitantes. Es fundamental no recibir estímulos luminosos en exceso, sobre todo por las noches, practicar la respiración consciente, técnicas de relajación, una alimentación donde predominen cereales en grano, frutas, verduras, evitar el exceso de carne roja, grasas, azúcares y harinas refinadas. Es bueno hacer baños de sal, practicar un deporte suave y no muy intenso ni de larga duración, pues el agotamiento físico dificulta la capacidad de relajarse. Y lo más importante: evitar las situaciones que sean fuente de estrés. Estos serían algunos de los consejos a seguir para poder estar mejor con respecto al bruxismo.

Más información:

Centre JM Charles, fisioterapia, osteopatía y acupuntura

Colegio de Fisioterapeutas de Catalunya

 

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