Inicio Estudiantes Dónde vivir el primer año de carrera
España   Catalunia

Dónde vivir el primer año de carrera

Residencia de estudiantes, piso compartido o seguir en casa de los padres

El primer año de carrera o de estudios superiores implica un cambio en el entorno de la vida familiar así como en la del estudiante. Normalmente ya tiene más de 18 años, la mayoría de edad conlleva plena capacidad para tomar sus propias decisiones. No obstante, la capacidad económica y legal no tienen relación directa con el nivel de autonomía personal real.

Por esa razón os queremos dar unas pautas para saber elegir qué tipo de residencia es la más conveniente durante el primer año de carrera.

Residencia de estudiantes en Barcelona

Precio: entre 600 y 1.200 euros al mes

Las residencias ofrecen un entorno seguro y controlado propicio para el estudio. Son como hoteles en los que los residentes son siempre estudiantes de diferentes cursos y distintas ramas. Tienen espacios comunes como salas de juegos, gimnasios, zona de lavandería, cafeterías… No hay tareas domésticas más allá de ordenar un poco la habitación, pues el cambio de sábanas y la limpieza a fondo se pueden contratar aparte. Las habitaciones pueden ser de uso individual o compartido, disponen de baño privado y zona de cocina. Actualmente, la mayoría de las residencias son mixtas. Cada residencia universitaria en Barcelona tiene sus propias normas y reglas, pero en la mayoría solo se admite una visita en la habitación, disponen de vigilancia privada y está penalizado poner la música muy alta o consumir drogas. No hay horario de salida o entrada. La comida se puede contratar en régimen de media pensión o bien cocinar en la habitación y realizar la compra de forma independiente.

Piso compartido

Precio: entre 350 y 700 euros por persona

Convivir en un piso compartido exige mayor grado de autonomía y capacidad de organización que en una residencia porque surgen factores como las tareas domésticas o realizar rutinas personales diarias con personas ajenas. Los costes, como fianzas y suministros, hay que sumarlos al del alquiler mensual y también el transporte necesario hasta la facultad o centro de estudio. A veces los pisos no tienen espacios bien acondicionados para el estudio y hay que usar zonas comunes para ello. Es una experiencia enriquecedora si se consigue el equilibrio en la convivencia entre todos los inquilinos del piso compartido. La comida dependerá de cada uno o bien de una organización colaborativa en la que se repartan tareas de compra de alimentos y preparación de comidas, ello implica un fondo económico y una previsión de tiempo en común.

Tenemos que reflexionar sobre el nivel real de autonomía, la capacidad de convivencia y la responsabilidad de autogestión de nuestro hijo

Como padres o madres tenemos que reflexionar sobre el nivel real de autonomía, la capacidad de convivencia y la responsabilidad de autogestión de nuestro hijo para afrontar el estudio independiente y las tareas domésticas lejos del hogar familiar. Sin duda es un gran reto para todos los miembros de la familia. Las residencias son un refugio protegido y acomodado para dar su primer paso lejos del amparo familiar y el piso compartido una opción avanzada en cuanto a capacidad de autonomía, disciplina y autogestión personal.

Sin Comentarios

Escribe un comentario

Tu correo electrónico no se publicará