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Educación nutricional

Más allá de la simple alimentación

La calidad de vida de la población depende de muchos factores, y uno de los más esenciales es la nutrición. Esta función parece algo sencillo, puesto que nos alimentamos a diario y varias veces al día, pero nutrirse va más allá de ingerir cualquier alimento: nutrirse es comer de forma sana, proporcionando al cuerpo la energía y los nutrientes que necesita, ni más ni menos.

No obstante, la aparición de múltiples patologías de la alimentación como la obesidad, la bulimia, la anorexia o la desnutrición, hacen urgente la necesidad de poner el foco en la educación nutricional de la población e impulsar iniciativas que conciencien de la importancia de los hábitos de alimentación saludable, tanto a los niños como a los adultos.  

Esther Galicia, pedagoga social y laboral de la Asociación Profesional de Pedagogos y Pedagogas de Andalucía, e investigadora en educación en la Universidad de Málaga, nos explica en la siguiente entrevista cómo se puede impulsar la educación nutricional desde la pedagogía.

¿Cómo definirías la educación nutricional?

La educación nutricional es aquella que tiene como objetivo enseñar a alimentarse de manera saludable. No sólo hablamos aquí de mantener una dieta saludable, sino también debe incluirse favorecer una relación «saludable» con la comida.

 

"La educación nutricional enseña a mantener una relación sana con la comida"

 

¿Qué manera crees que es la más conveniente para introducirla en el currículo académico?

Creo que es un tema de tal importancia y tan flexible que debería trabajarse de manera transversal como primera medida. Es decir, deberíamos aprovechar cualquier oportunidad que estuviera en nuestra mano para crear una conciencia de alimentación saludable en las celebraciones escolares, a través de unidades didácticas como las de ciencias naturales (imagina explicar la función de la alimentación, por ejemplo), en la clase de educación física… No obstante, todo ese trabajo debería complementarse con talleres más concretos que fomenten los hábitos de vida saludables.

¿En qué franja de la población recomiendas que se centre la enseñanza de la educación nutricional? ¿Por qué?

No creo que deba centrarse en una edad u otra. Todos comemos, así que todos debemos aprender a comer. Los hábitos saludables deben trabajarse desde bien pequeños para afianzar la conducta en nuestra vida.

"Crear un hábito es mucho más fácil que cambiarlo"

Es cierto que es de suma importancia el trabajo con los más pequeños y pequeñas de la casa porque, al final, crear un hábito es mucho más fácil que cambiarlo. Por eso es muy importante inculcar esos hábitos desde pequeños. Pero eso no significa que debamos olvidarnos de trabajarlos a lo largo de la vida escolar. De hecho, durante la preadolescencia y adolescencia es muy importante afianzar esos hábitos y, sobre todo, centrarnos en que los chicos y chicas mantengan una relación saludable con la alimentación, previniendo de esa manera la aparición de trastornos alimenticios como la anorexia o la bulimia.

Realmente el pedagogo o la pedagoga tiene una labor muy importante en este diseño del plan instruccional, ya que será quien ayudará a determinar qué trabajar en cada momento según el desarrollo evolutivo del alumnado.

¿Cuál debería ser el papel de la familia en la educación nutricional? ¿Y el de la escuela?

La familia es el primer grupo de socialización de los niños y niñas. En el caso de la educación nutricional, además, aún tiene mayor impacto. En casa de progenitores obesos el porcentaje de hijos o hijas con ese perfil es mayor que en las familias donde los progenitores están concienciados con la salud y mantienen hábitos de vida saludable, incluyendo en ellos la alimentación como parte de esa pirámide de acción.

"El porcentaje de hijos o hijas obesos es menor en las familias donde los progenitores están concienciados con la salud y mantienen hábitos de vida saludable"

La escuela, en este caso, está para complementar esa formación que se recibe en el hogar y no debe olvidar en ningún momento que debe transmitir ese estilo de vida saludable a través de acciones concretas, como pueden ser: proponer desayunos saludables, prohibir el consumo de bollería industrial, fomentar que en los cumpleaños y otras celebraciones se tenga presente siempre el consumo de una alimentación saludable e incluso, concretamente en el caso de los cumpleaños, promover que no se regale comida como forma de celebración proponiendo alternativas, como puede ser los libros, lápices u otro tipo de detalles.

 

¿Crees que los docentes están capacitados para educar a sus alumnos en nutrición y salud?

Creo que hay muchos docentes muy buenos y capacitados, pero opino que la alimentación está presente en muchos espacios de los que ni siquiera ellos mismos son conscientes, y ahí posiblemente nos encontremos con una población de docentes que no están preparados. Por ejemplo, los profesores de educación física seguro que pueden decirte si es bueno o no consumir zumos o el impacto que la fibra tiene en nuestro organismo para la asimilación de la glucosa. Sin embargo, ¿está igual de preparado un profesor o profesora de lengua y literatura? Quizás no, porque no es su área de trabajo. Y sin embargo, en su clase pueden darse situaciones en las que se estén enseñando hábitos de alimentación, como puede ser la celebración de un cumpleaños o la lectura de una carta de restaurante o de los ingredientes de un producto.

"La alimentación está presente en muchos espacios de los que ni siquiera los docentes son conscientes"

 

En España, existe un programa de educación alimentaria impulsado por el Ministerio de Sanidad que se encarga de promover un estilo de vida saludable, y que se llama «estrategia NAOS».  ¿Por qué crees que esta estrategia no está dando resultado?

Porque no se «la escucha». Cualquier tipo de estrategia que se lleve a cabo debe venir acompañada de una campaña de medios que aumente su impacto y le haga llegar más allá de los cuatro órganos afectados. Por ejemplo, si como familia escucho hablar de esta estrategia y estoy concienciada, voy a procurar que mi centro lo ponga en marcha.

 

¿En tu opinión, las charlas que recibe el alumnado sobre nutrición son efectivas?

Generalmente sí lo son en ese momento puntual. Están bien organizadas y tienen un objetivo claro: favorecer los hábitos de vida saludable a través de una formación básica. Pero después de ellas siempre debe venir el refuerzo con un trabajo transversal en el aula, y siempre con una cultura de centro acorde a ellas. De poco o nada sirve una charla sobre hábitos de vida saludable, si luego el centro no controla el acceso a chucherías o a bollería industrial.

"De poco o nada sirve una charla sobre hábitos de vida saludable, si luego el centro no controla el acceso a chucherías o a bollería industrial"

 

¿Actualmente hay alguna iniciativa en marcha que apueste por la educación nutricional?

Existen muchos programas nutricionales activos en estos momentos. El problema, desde mi punto de vista, es que son medidas puntuales que tienen como objetivo reducir la obesidad infantil pero no trabajar la educación nutricional como forma de potenciar un buen estado de salud.

¿La diferencia? Que si solo trabajamos para estar delgados poco nos van a importar las carencias nutricionales, los problemas de salud asociados a ellas y, además, los hábitos que se implanten serán temporales y difíciles de mantener.

"Si solo trabajamos para estar delgados poco nos van a importar las carencias nutricionales y los problemas de salud asociados a ellas"

Además, al ser programas puntuales que no están incluidos en el currículo, depende mucho de la buena disposición de los y las docentes para llevar a cabo iniciativas que realmente calen en el alumnado.  

 

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