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héroes sin nombres ni galones

El 25 de abril la tierra tembló en Nepal con un resultado de más de 8.000 muertos y miles de desaparecidos. Desde redacción, a nuestra manera, queremos hacer un pequeño homenaje a ese singular país y a héroes que sus nombres no aparecen en ningún gran medio, pero que han sido capaces de dejar todo lo suyo sin esperar recompensa solo y simplemente para ayudar. 

 

La historia de Nepal empezó, y sigue centrándose, en el valle de Katmandú. A lo largo de los siglos, las fronteras nepalíes han llegado a abarcar grandes extensiones de la vecina India, o se han reducido a poco más que el valle de Katmandú y un puñado de ciudades-estado cercanas, pero el valle fue siempre el centro del poder político y la sofisticación cultural. Encajado entre la meseta tibetana y las llanuras del subcontinente –los actuales gigantes de China y la India–, Nepal ha prosperado aprovechando su situación como lugar de reposo para comerciantes, viajeros y peregrinos.

 

 

Perros de salvamento de unidades de todo el mundo se desplegaron en Nepal. Entre ellos, un equipo ubicado en Catalunya llamado K9-de Creixell, www.ongk9.eu,  liderado por David Mercadé, llegó a la zona pocas horas después del fatídico terremoto y esperaba inquieto la asignación de la zona. En el viaje se les quedó un perro en Estambul, sabían que estaba bien, pero eso no les facilitó su tranquilidad. En un rescate cada minuto cuenta y puede marcar la diferencia. Finalmente, se incorporaron al equipo con portugueses y brasileños, cinco voluntarios y cinco perros.  

Riley, Cooper, Rugby, Tanker o Phayu son algunos de los héroes caninos que hicieron todo lo posible por salvar gente que se quedó enterrada entre escombros de casas y edificios. 

 

perros

 

 

Ishwor Ghimire, con tan solo 19 años, rescató a 55 huérfanos.

El joven Ishwor se encontraba de visita en el orfanato donde se crió en el momento del terremoto. Pidió a gritos que todos los niños abandonaran el edificio manteniendo la calma y con la ayuda de otro operador del orfanato, la Madre Rajan, improvisaron una tienda de campaña con un hule de plástico, algo provisional, que les permitió poner a refugio todos los niños mientras esperaron horas eternas a que llegara la ayuda. 

 

Ishwor ha pasado muchos días con el ruido de temblar de la tierra en su cabeza, pero poco a poco lo va superando y se está planteando ingresar en la universidad. Él no se reconoce como héroe lo único que dice haber hecho es tranquilizar y calmar a los niños que entraron en pánico y permanecieron así muchas horas después del seísmo.

 

Ishwor ghimire       Tienda donde se refugiaron los huérfanos

 

 

Doce bomberos españoles (ocho de Málaga, cuatro de Albacete, Alicante, Córdoba y Zarauz), cuyos nombres no hemos conseguido encontrar en ningún medio, fueron destinados en el distrito de Gorkha, a unos ochenta kilómetros de Katmandú. Es un área de difícil acceso que ha sido especialmente golpeada por el terremoto. Tras una noche dedicada a tareas de coordinación y distribución de materiales, el equipo español llegó en la mañana del miércoles a la región. Allí trabajaron sobre las ruinas junto a colegas belgas.

 

 

Aunque parezca mentira, los equipos de búsqueda han conseguido rescatar a varias personas. Después de cinco días rescataron con vida a un chico de 15 años; este quedó aprisionado en las ruinas del edificio de siete plantas donde trabajaba. También a un bebé de 4 meses tras permanecer 22 horas enterrado bajo los escombros de su casa. El caso más sorprendente ha sido el de un anciano de más de 100 años, que fue encontrado vivo una semana después del terremoto. 

 

Desde aquí deseamos que la ayuda siga llegando y que la madre tierra les permita poder rehacer sus vidas, sin réplicas ni nuevos seísmos. 

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