Polémica del sexo en la literatura juvenil.

La novela erótica que tanto éxito está teniendo entre adultos, ha llegado también al público más joven. Adolescentes que bajo la curiosidad del desconocimiento se sumergen en las páginas de libros como la tetralogía de After de Anna Todd; literatura romántica con grandes dosis de sexo muy explícito. Pero seamos realistas ¿De qué nos sorprendemos? Estos jóvenes que empiezan a experimentar con 15 años están expuestos a una gran y diversa cantidad de medios de comunicación con referencias sexuales por doquier, que hacen que se cansen de tanta metáfora y quieran experimentar en profundidad sobre el tema. Sin duda se encuentran en una edad curiosa, pero hay que tener en mente que hablamos de una generación sobreentendida en lo que a  este tema refiere.

Aún así, ¿qué tiene de malo? ¿No deberíamos romper el tabú de el sexo entre los más jóvenes? ¿No nos encontramos ante una realidad que ha redefinido la sexualidad? Y si es así, ¿Por qué tanta polémica ante este tipo de literatura?

El problema no es tanto el tema sexual, como la forma de tratarlo y el modelo de relación que exponen a este público. A los más jóvenes se les debe educar cuando no hay base de conocimiento sobre el tema, ya que son un público inmaduro, que puede sentirse influenciado por unos valores inadecuados o unos conceptos erróneos sobre lo correcto y lo incorrecto.  La adolescencia es la edad esponja; todo lo que perciben puede influir en su estilo de vida. Así pues, no es malo hablar sobre sexualidad y relaciones entre personas cuando se hace desde la educación. Rompamos tópicos y tabúes, y expliquemos claramente qué es y qué no amor. 

Padres y profesionales critican escenas cargadas de actitudes inaceptables y comportamientos que no deberían existir en ningún tipo de relación, donde están presentes la intimidación, la manipulación (en muchos ámbitos, incluso el sexual), los celos y la posesividad, entre otros. El sexo pasa a un segundo plano cuando el modelo de relación que se expone es equivoco, o las historias se basan en relaciones nocivas donde no se denuncian las conductas incorrectas. ¿Esta es la realidad actual que queremos transmitir a los más jóvenes mediante la literatura?