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¡Qué lejos queda la rutina del colegio!

El cambio de horario en verano afecta tanto a los niños como a los padres

Ya ha llegado el verano y desaparecen las rutinas de los días de colegio durante tres meses, en los que “vacaciones” es la única palabra que tienen en la cabeza los estudiantes. Durante este período, los jóvenes y los padres rompen con la  rutina diaria impuesta por los horarios del curso escolar, la vida familiar se transforma.

Estos cambios implican un seguido de cosas, tanto para los niños como, sobre todo, para los padres: Los primeros no tienen que levantarse pronto, no tienen que hacer los deberes, pueden comer más tarde, tienen más tiempo libre, etc. Y los padres deben adaptarse a estas situaciones, aunque sus horarios de trabajo no hayan cambiado, la falta de conciliación entre necesidades familiares y trabajo se hace mucho más evidente durante los meses de verano.

Las vacaciones son un período que muchos padres asocian con “descontrol” de sus hijos: cambian las dietas, los horarios, las actividades, el sueño, el comportamiento, etc. Por un lado, para los niños es muy agradable tener todo este tiempo de desconexión, pero a la vez tienen tanto tiempo libre que necesitan llenarlo con actividades para que no se aburran y no caigan en tendencias que les dificulte volver a los hábitos de estudio y concentración en setiembre. Los padres deben encargarse de ello, eso exige ser padre y monitor de tiempo libre en la misma medida durante el verano, observando las preferencias de sus hijos y saber qué necesidades tienen según la edad y las capacidades de cada niño.

Os dejamos algunas propuestas de actividades para estos días de verano:

  • Excursiones y salidas en familia. Durante estas, se pueden organizar actividades como la recogida de plantas, piedras o bien arena si vamos a la playa... Después, cuando vuelvan a casa, los padres pueden ponerles “deberes” a sus hijos pidiéndoles que hagan una clasificación de lo que han recolectado o redacten las experiencias vividas durante la salida. Evitar presión o  que los niños lo consideren una tarea para entregar como las que mandan en la escuela.
  • Lectura: cuentos, libros, periódicos, etc. Hay librerías de verano en parques o bien acudir a las librerías convencionales, tienen aire acondicionado y muchas actividades para niños en estos días. Así trabajarán la comprensión lectora.
  • Deberes organizados: los cuadernos con pasatiempos adaptados a la edad de cada niño son una buena opción para estos días, podemos establecer realizar un número de ejercicios o páginas diarias y establecer una recompensa cuando la actividad esté acabada. Ellos lo verán como “juegos” mientras están ejercitando la mente con la búsqueda de las respuestas.

En cuanto a los horarios habituales de acostarse, comer o ver la televisión, los padres pueden ser un poco más flexibles con sus hijos, pero intentando mantenerse constante cuando se hayan modificado. Los niños pueden irse a dormir un poco más tarde, comer una hora después o aumentar la cantidad de televisión, pero siempre con moderación y sin  modificar demasiado los horarios a los que están acostumbrados. El verano suele ser un momento de crecimiento físico y cambio para los niños y necesitan cumplir sus horas de reposo para mantener su sistema inmunológico fuerte y sano.

En verano hay tiempo para todo, ¡disfrútalo!

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