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Universidad como concepto,

origen y evolución

Imagen de la biblioteca de la Universidad de Salamanca

La universidad que conocemos hoy en día es grande, compleja, plural, con una organización un tanto indefinida, pero con características que la distinguen de otro tipo de organizaciones, con principios que constituyen el concepto de Universidad.

Desde el surgimiento de las primeras universidades hasta la actualidad, algunos de estos principios han ido cambiando. No obstante, generalmente se entiende por Universidad aquel lugar en el que se enseña el conocimiento universal. Por tanto su función es, por una parte, intelectual, no moral; y por la otra, la difusión y extensión del conocimiento.

Las universidades de los siglos anteriores tenían como función principal la de enseñar. Ortega y Gasset en 1930 resumió en cuatro puntos sus funciones y principios:

  • La Universidad consiste, primero y por, lo pronto, en la enseñanza superior que debe recibir el hombre medio.
  • Hay que hacer del hombre medio, ante todo, un hombre culto. Por tanto la función primaria y central de la Universidad es la enseñanza de las grandes disciplinas culturales: Física, Biología, Historia, Sociología, Filosofía.
  • Hay que hacer del hombre medio un buen profesional.
  • No se ve razón ninguna densa para que el hombre medio necesite ni deba ser un hombre científico.
  • Sin embargo, es  indiscutible que las funciones actuales de la universidad van mucho más allá de la docencia. Según Karl Jaspers, pensador alemán reconocido del siglo XX, la Universidad moderna tiene cuatro funciones principales: investigación, enseñanza, educación profesional y la transmisión de una clase particular de cultura.

    Los orígenes

    En su origen, las universidades surgieron como corporaciones o gremios de artesanos o comerciantes que buscaban proteger sus intereses respecto de los saberes que poseían.

    Los modelos actuales de universidades se basan en dos de los antiguos modelos: el de Bolonia y el de París. La Universidad de París estuvo gobernada por el gremio de profesores, mientras que la de Bolonia estuvo bajo la dirección de los estudiantes.

    A medida que iba evolucionando conceptualmente, la Universidad se consolidó y se convirtió en la institución más elevada de los sistemas educativos, porque como bien señaló Isao Amangi, “la Universidad es el lugar que condensa y materializa el deseo fundamental de conocimiento de la humanidad”.  Así pues, esta institución asumió como función la de  dirigir el cultivo y la transmisión de conocimientos.

    La evolución

    Desde que se fundaron en la Edad Media hasta nuestros días, las universidades han cambiado notablemente: se han transformado, de pequeñas comunidades de profesores y alumnos, a organizaciones complejas que realizan variadas funciones y en las que conviven grupos con intereses diversos, por eso, el concepto de Universidad es dinámico.

    Como calificó acertadamente Peter Drucker, nuestra era  actual es la sociedad del conocimiento. En ella, el título universitario o diploma escolar pierde progresivamente relevancia simbólica, puesto que ahora se considera el conocimiento como un “producto perecedero” que debe reciclarse continuamente por medio de la educación permanente. En este contexto, las competencias profesionales son fundamentales, y cada vez más es creciente la intervención de las empresas en la determinación del currículo académico o, incluso, en la impartición misma del aprendizaje.

    Por tanto, como explica Christian Laval, los valores tradicionales de la universidad: libertad de cátedra y de aprendizaje, elección individual de carrera, formación para la libertad, independencia de criterio y formación integral de la persona, son sustituidos por los nuevos valores de la eficacia, la movilidad, la dependencia y, sobre todo, el valor económico.

    El debate sobre la Universidad y la educación superior es cada vez más intenso, por eso, en este momento de profunda transformación, recordamos que la educación constituye nuestra mejor esperanza, porque como dice Claudio Naranjo, “La transformación de la educación es el mejor puente hacia un futuro mejor”.

     

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