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Zonas rurales y jóvenes

¿Oportunidad o inconveniente?

En 2017 la población rural de España era de 9.277.148, y esta cifra va disminuyendo cada año que pasa. En 2016, del total de municipios en España el 61 % no superaba los 1.001 habitantes. Esta despoblación constante afecta a más de 4.000 municipios españoles, y hace que los pueblos sean cada vez más pequeños por la huida de los habitantes más jóvenes y por el sobreenvejecimiento que hay en estas zonas, que es más acentuado que en el resto de España.

Los pueblos son cada vez más pequeños

Hay 1.286 municipios de la España rural que subsisten con menos de cien habitantes empadronados, lo que les sitúa en máximo riesgo de extinción. En estos pueblos, los jóvenes no abundan y los pocos que hay sueñan con salir de allí para irse a la ciudad, ya que no creen posible tener un futuro que cumpla con sus expectativas en las zonas rurales del país.

Más de mil municipios de la España rural están en riesgo de extinción

En Catalunya se reproduce el mismo patrón que se dibuja en el resto del país. Según datos del  Observatori del Món Rural, los municipios catalanes siguen perdiendo población aunque la tendencia negativa va a la baja y se ha pasado de perder 5.131 habitantes en el año 2016 a perder 2.839 en 2017.

En la Catalunya rural se ha pasado de perder 5.131 habitantes en el año 2016 a perder 2.839 en 2017

El abandono del entorno rural por parte de los jóvenes viene propiciado por el hecho de que los autóctonos se ven en la necesidad de tener que ir a la ciudad o la capital de comarca para cursar sus estudios universitarios, y este distanciamiento acaba rompiendo el vínculo con el territorio y haciendo más difícil el regreso.

No obstante, esta no es la principal causa ni la única; pues la situación económica y laboral es un determinante clave que lleva a que los menos favorecidos de esas zonas salgan de ellas buscando un lugar donde vivir mejor.

El tipo de empleo que predomina en las zonas rurales es el que se realiza por cuenta propia, que representa en torno al 22 %, y este se puede ejercer de diferentes maneras: como empresario o trabajador independiente, o como ayudante en la empresa o negocio familiar.

El tipo de empleo que predomina en las zonas rurales es el que se realiza por cuenta propia

Asimismo, las personas jóvenes, a lo largo y ancho del territorio español, ocupan la peor posición en los mercados de trabajo. Esta falta de oportunidades de empleo está relacionada con varios factores. Para empezar, los jóvenes con mayor nivel formativo no permanecen en los entornos rurales, porque no encuentran puestos de trabajo donde desarrollar su carrera profesional, y esto se debe a que hay muy poca diversificación de puestos de empleo en el mercado de trabajo rural. A esto se suma el gran peso que tienen las microempresas en estos entornos, y en ellas no se requiere apenas contratar trabajadores, además de la relevancia que tienen las empresas de carácter familiar en las que solo trabajan algunos miembros de la familia. Todos estos factores restringen las oportunidades de empleo, lo que propicia un mayor abandono de estas zonas.

La tasa de desempleo de las personas jóvenes en zonas rurales es similar a la correspondiente a ciudades y al resto de zonas del país, que está por encima del 30 %. No obstante, lo que explica el creciente abandono de las zonas rurales es la debilidad de su economía, que tiene problemas para crecer o tan siquiera para sostenerse; de hecho, estas regiones apenas agrupan un 5 % del total del empleo en el país.

A pesar de la situación desalentadora existente en las zonas rurales, aún hay esperanzas para estos lugares. La crisis laboral juvenil, que ha complicado el acceso a una vivienda de alquiler en la ciudad, y la revolución tecnológica, que hace que hoy el mundo rural y el urbano estén conectados, ha propiciado que muchos jóvenes se estén planteando la opción de ir a emprender y trabajar a los entornos rurales y plantearlo como una opción de vida. Eso sumado al auge del turismo rural y al hecho de que el concepto de ruralidad ya no se identifica solo con aquello estrictamente tradicional, el estilo de vida del payés de siempre, sino también con todo lo relacionado con el medio natural, la sostenibilidad, el producto local y la preservación del medio ambiente, ha contribuido a que el entorno rural sea más atractivo para este sector de la población.

Muchos jóvenes se van a las zonas rurales para emprender y vivir debido a los altos precios del alquiler en las ciudades

Además, el trabajo de plataformas y asociaciones para repoblar y reflotar estos municipios comienza a dar sus frutos. La tecnología, los avances en las comunicaciones, el desarrollo de nuevos modelos laborales basados en un sistema colaborativo, la posibilidad de optar al teletrabajo y el contacto con la naturaleza son solo algunas de las ventajas que contemplan los jóvenes al decidir salir de las ciudades superpobladas e irse a vivir al campo.

Estamos asistiendo a un doble éxodo

En resumen, los jóvenes nacidos y criados en entornos rurales salen de esas zonas para buscar nuevas oportunidades en las ciudades, pero muchos más hacen el camino inverso, huyen de las ciudades en busca de esas mismas oportunidades. En la actualidad estamos asistiendo a un doble éxodo; un fenómeno jamás visto.


Para más información visite:

http://www.injuve.es/sites/default/files/2018/29/publicaciones/13._juventud_y_empleo_rural_en_espana_factor_de_desarrollo_a_traves_del_consumo_y_el_turismo_sostenible.pdf

http://www.ces.es/documents/10180/5461461/Inf0118.pd f

 

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