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Hábitos atómicos en el aula

Una nueva estrategia para generar cambios positivos entre estudiantes y docentes

Comprender nuestros hábitos es crucial para vivir nuestras vidas con más alegría y energía. El best seller internacional Atomic Habits de James Clear esconde algunas propuestas realmente sorprendentes para aprender más sobre cómo cultivar hábitos y mantenernos fieles a ellos. La obra defiende la idea de que hacer cambios pequeños, o lo que él llama «hábitos atómicos», puede llevar a resultados notables con el tiempo. El libro ofrece estrategias prácticas, investigaciones científicas e historias inspiradoras para ayudar a los lectores a comprender cómo funcionan los hábitos y cómo realizar cambios positivos en sus vidas.

En mayo de este año, en la conferencia Innovate ELT 2023 Oxford TEFL in Barcelona, el profesor y escritor británico Tim Warre presentó una ponencia titulada «Atomic Classroom Habits» basada en las estrategias utilizadas en este libro. A raíz de ello, desde INÈDIT EDUCACIÓN  lo hemos entrevistado para preguntarle cómo pueden alumnos y profesores mejorar sus hábitos en el aula.

Pregunta: Hay muchos libros sobre la cuestión de los hábitos, ¿por qué elegiste Atomic Habits en particular?

Respuesta: Buena pregunta. Antes, era escéptico acerca de los libros de autoayuda y cosas por el estilo. Este me presentó una base más científica, y eso me interesó. Lo descubrí por medio de Audible, la plataforma de audiolibros de Amazon, que me lo recomendó basándose en mi historial, y decidí darle una oportunidad.

P. :¿Cómo se te ocurrió la idea de aplicar las propuestas del libro en el aula?

R.: Hablé con Sean Hutchman, a quien conocí el año pasado en la conferencia Innovate. Él tiene un podcast llamado Ethos English, así que me invitó para hablar sobre lo que quisiera. En ese momento me encontraba leyendo el libro y había terminado la primera mitad, por lo que charlamos sobre su contenido. Luego comencé a aplicar los conocimientos en mis clases en septiembre del año pasado. Creo que esa conversación con Sean fue el momento en el que germinó esta idea.

P.: ¿Cuáles son las lecciones más importantes que aprendiste del libro?

R.: Lo más importante es comenzar con muy poco. No se trata de hacerlo perfecto; se trata de hacer que las cosas sean un 1 % mejores para que sean más manejables y realistas, lo que es un proceso gradual. Esto es algo que podríamos llevar a cabo con los estudiantes. Es más importante que hagan un poco todos los días que sentarse durante cuatro horas intentando leer el libro entero o agotarse estudiando demasiado.

«No se trata de hacerlo perfecto; se trata de hacer que las cosas sean un 1 % mejores»

P.: ¿Cuáles son los cambios más significativos que han impactado en tu vida diaria?

R.: Lo más significativo es un cambio mental que me ayudó a ponerme en forma y mejorar mi dieta. Pero lo más importante no fue el resultado, sino haber podido demostrarme a mí mismo que podía lograrlo, en lugar de tener el prejuicio mental de que no soy el tipo de personas que se levantan por la mañana para ir al gimnasio. Cambié esa mentalidad pasando a pensar que quizás sí lo sea. Esto es otro aspecto que podríamos transmitir a nuestros estudiantes también.

Generalmente, los estudiantes tienen esa idea de «¡Oh, soy terrible leyendo en Inglés!», una idea sobre sí mismos autodestructiva, pero si realmente comenzaran a leer un poco todos los días, podrían mejorar gradualmente esto y cambiar su mentalidad sobre sus habilidades.

P.: Como profesor, ¿qué hábitos consideras que deberían cambiar los docentes y por qué?

R.: ¿Qué malos hábitos tengo yo? No quiero criticar demasiado a los profesores. Creo que, al hablar con los docentes en la conferencia, esperaba que vinieran y me dijeran que habían comprado el libro para primero aplicárselo a sus rutinas propias antes de hacerlo con los estudiantes, lo cual creo que es importante, porque si entienden cómo les afecta a ellos lo expuesto en este libro, podrán transmitirlo a sus estudiantes. Todas las personas dijeron que tenían los malos hábitos que todos tenemos, como no comer bien, no cuidarse a sí mismos y no dormir lo suficiente.

En esta época del año, todos sufrimos de agotamiento. Estamos muy cansados. Es final de curso, así que un poco más de autocuidado definitivamente nos ayudará a ser mejores profesores porque obtendremos más energía y podremos poner más esfuerzo y ganas en nuestras clases.

«Es final de curso, así que un poco más de autocuidado nos ayudará a ser mejores profesores»

Pero para responderte, un mal hábito que detecto en mí mismo es una tendencia a hacer las cosas año tras año de la misma manera, de forma que si enseño el mismo nivel continuamente con el tiempo mis clases pueden volverse bastante rígidas. Por eso, para evitarlo voy a conferencias para tener la oportunidad de obtener nuevas ideas.

P.: ¿Y qué malos hábitos observas entre los estudiantes?

R.: Muchos estudiantes tienen problemas con su mentalidad. Preparo a estudiantes para el examen de competencias, y les digo claramente que no van a aprobar el examen si piensan que 3 horas en clase a la semana son suficientes. Tienen la idea, tal vez basada en el sistema educativo actual (que a veces es anticuado), de que el profesor está ahí para transmitirles todo el conocimiento. Considero que deben asumir más responsabilidad en su proceso de aprendizaje, y sobre todo, deben dejar de ver el inglés (que es la materia que imparto) como una asignatura más, porque no es así, se trata de una habilidad lingüística que necesitan practicar constantemente, que debe formar parte de sus vidas.

Los estudiantes deben asumir más responsabilidad en su proceso de aprendizaje

Otro mal hábito es hacer las tareas de camino hacia la clase o en los primeros cinco minutos en el aula. En la conferencia, hablé sobre la implementación de dónde y cómo los estudiantes pueden hacer sus tareas. Por ejemplo, si necesito escribir un ensayo, necesitaré un lugar tranquilo, acceso a internet y 45 minutos para concentrarme. Por lo tanto, precisan una mayor planificación del espacio y el tiempo para aplicar adecuadamente el conocimiento y hacer sus tareas bien.

P.: ¿Cuál es el proceso para crear un nuevo hábito y cómo deshacerse de uno malo?

R.: En el libro se habla de cuatro reglas para el cambio de comportamiento. La primera regla es hacerlo obvio. Cada hábito tiene una señal que te impulsa a hacerlo, luego tienes una respuesta a ese hábito y luego obtienes una recompensa o no por ese hábito, por eso la primera regla es hacer que la señal sea visible. Por ejemplo, si quieres comer más frutas, debes poner un tazón de frutas en un lugar muy visible. Así, cada vez que vayas a la cocina a buscar una galleta, verás la fruta y tomarás una manzana en su lugar.

La segunda regla es hacerlo atractivo. Se supone que debes cambiar un hábito que necesitas hacer por un hábito que deseas hacer. Por ejemplo, puedo establecer la norma de que después de hacer mis diez flexiones, puedo pasar cinco minutos en Instagram. De esta manera, obtienes una recompensa por hacer algo bueno.

La tercera regla es hacerlo fácil, por lo que se supone que debes eliminar cualquier obstáculo que te impida hacer ese hábito. En el aula así lo he hecho con mis estudiantes: simplemente les he facilitado el acceso a materiales de enseñanza online y de estudio. Así, coloco enlaces en mi Google Classroom o coloco códigos QR en las imágenes que subo. De esta forma es tan fácil como hacer clic y obtener los materiales lo más rápido posible.

La última regla es hacerlo satisfactorio. El libro habla sobre los rastreadores de hábitos, por ejemplo, cada día puedes seguir el progreso de tus hábitos. Existe una aplicación llamada Habitica donde tienes un personaje que te representa y subes de nivel cuando adquieres una nueva llave o arma. Es como Dungeons and Dragons, pero para buenos hábitos.

Un nuevo hábito se adquiere haciendo que sea visible, atractivo, fácil y satisfactorio

Y para los malos hábitos, cada una de las reglas tiene su opuesto. Así, todo consiste en lograr que la señal sea menos obvia: esconde las barritas de chocolate para que no las veas. Puedes volver el mal hábito poco atractivo: si intentas dejar de fumar, piensa en todas las consecuencias negativas. Puedes tornar el hábito difícil: si intentas no jugar videojuegos, desconecta la consola y guárdala después de cada sesión. La próxima vez que quieras jugar, te resultará más difícil hacerlo. Y también puedes hacerlo insatisfactorio: por ejemplo, cada vez que fumes, pon dinero en un frasco, así verás que estás perdiendo dinero.

P.: ¿Cómo puede el profesor introducir una nueva rutina en el aula sin afectar al proceso de aprendizaje de los estudiantes?

R.: Diría que debe ser algo gradual, por lo que no se pueden hacer cambios drásticos. Introduce lentamente nuevos hábitos. El mejor momento para hacerlo es al comenzar el año escolar, ya que estás estableciendo una rutina desde el principio, especialmente con los estudiantes más jóvenes. Y luego debes mantenerte en esa rutina, porque si comienzas a cambiar las cosas, se sentirán perdidos. Si la rutina no funciona de inmediato, no puedes abandonarla, debes seguir intentándolo porque es un proceso lento. Hay que tener en cuenta que la mejora será lenta y gradual y llevará tiempo.

Si quieres establecer una rutina con adultos, niños y adolescentes, por ejemplo, si deseas repasar vocabulario, puedes utilizar tarjetas de vocabulario coloreadas al comienzo de las clases y colocarlas en sus escritorios. Así, cuando lleguen a clase y vean las tarjetas, las tomarán de inmediato y podréis establecer juegos con ellas.

P.: ¿Qué tipo de actividades propones en clase relacionadas con el libro?

R.: Una de las actividades que realicé al comienzo de este año fue la «tarjeta de hábitos». Funciona como un rompehielos y les ayuda a comenzar el proceso de encontrar tiempo durante el día para trabajar en su nivel de inglés. Tienen que sentarse con su compañero/a y repasar detalladamente su rutina matutina exacta, siendo honestos con cada pequeña cosa que hacen. Deben ser sinceros acerca de sus buenos y malos hábitos, y luego comparar sus hábitos juntos. Pueden encontrar momentos en los que puedan trabajar en su inglés y también intenten realizar pequeños cambios. Al final de esta primera clase, logran encontrar un momento específico para trabajar en su inglés y escribir sus intenciones, poniendo por escrito «A esta hora lo haré», porque la idea de escribirlo es hacerlo público ante otras personas, lo cual aumenta realmente las posibilidades de que lo hagan. En la siguiente clase, pueden volver a revisarlo y verificar si lo han hecho. Si no lo han hecho o lo han hecho en otro momento, tienen la oportunidad de editarlo.

La tarjeta de hábitos, una declaración de intenciones pública para evitar procrastinar

P.: ¿Has compartido esta idea con otros profesores?

R.: Todavía no. Estoy al principio de este proceso. Tuve esta conversación con Sean hace aproximadamente un año y estoy tratando de implementarlo con mis estudiantes. No lo llamaría un proyecto de investigación porque no es muy científico; es un proceso en el que voy trabajando de momento. He estado registrando sus notas y he notado mejoras a lo largo del año, pero aún estoy determinando si son buenos estudiantes o si sus hábitos están funcionando. Solo quería presentar esta idea en esta conferencia para darla a conocer al resto de profesores y, como dije, para mí sería genial cualquier colaboración, comentario o sugerencia. Por el momento, estoy formulándolo en mi cabeza y espero tener más material para presentarlo el próximo año.

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